¿Qué es el consumo responsable?

El consumo responsable y sostenible consiste en hacer un uso coherente y equilibrado de los recursos, bajo criterios de necesidad y teniendo en cuenta factores sociales y medioambientales. En otras palabras, aquel consumo realizado con sensatez, sin ostentosidad y pensando en las generaciones futuras.
contaminación y desperdicio consumo irresponsable

La búsqueda de modalidades sostenibles de producción y consumo se ha convertido en prioridad en nuestra sociedad. Si los hábitos de consumo en torno al agua, la energía, los alimentos y los objetos en general no cambian, en unos años necesitaremos la friolera de 3 planetas para mantener nuestro estilo de vida. Simplemente, imposible.

A diario, numerosos estímulos nos asedian e incitan al sobreconsumo. Por ello, ante la tentación de comprar es necesario cuestionarse:

  1. ¿Lo necesito realmente?
  2. ¿Podría obtenerlo sin comprarlo: reparando, intercambiando o pidiendo prestado?
  3. Si definitivamente tengo que (o quiero) comprarlo de estreno, ¿conozco cuál es la opción más sostenible? ¿estoy lo suficientemente informad@ del efecto, repercusión, impacto ambiental y social de dicho consumo? ¿Se compromete el bienestar de las generaciones futuras?
  4. Los bienes, productos o servicios que voy a consumir, ¿respetan los intereses de l@s productores, es decir, favorecen el comercio justo? ¿Estoy al corriente de lo que hay detrás de los productos extra baratos?
  5. Finalmente, ¿seré más feliz si lo compro…? ¿Solucionará mis problemas…? Si no lo comprase…¿podré dormir hoy? Oh dios mío, ¿¡será el fin del mundo!? 😱​

Tal es la importancia del consumo responsable que Producción y consumo responsable es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, el ODS 12.

 

produccion-consumo-responsable

¿Un mundo de consumo responsable es posible?

Puede sonar muy típico aquello de que un mundo mejor es posible, quizás suene incluso idealista y utópico. Pues bien, la tierra está compuesta por personas como tú y como yo, personas con capacidad de decisión y de cambio. No podemos seguir dormid@s, ni dejar todo siempre en manos de los demás, sobre todo aquellas cosas que podemos hacer nosotr@s mism@s a pequeña escala pero que no hacemos por pereza, por desconocimiento o vete a saber por qué.
mapa mundo y consumo responsable internacional

Sí, creo en un mundo más justo, igualitario, sostenible y menos consumista.

Los cambios a positivo son fundamentales y cada vez más personas se pueden (y deben) bajar del carro de la indiferencia para subir al de la conciencia social, el sentido común y el consumo responsable. Para tod@s, incluso para mí misma, es más fácil mirar para otro lado, porque profundizar demasiado en las cosas supone una pérdida de privilegios y renunciar a ciertas cuestiones.

La buena noticia es que se puede llegar a un punto medio de equilibrio, en el que llevando una vida cómoda se pueda ir más allá y pensar diferente, vivir disfrutando, pero respetando. A veces se hacen las cosas de una manera concreta por desconocimiento o porque “siempre se hizo así” (típica frase tan nuestra); sin embargo, si esperamos impactos distintos, no podemos hacer siempre lo mismo.

Es esencial dejar la mente abierta a nuevas ópticas y horizontes, a maneras coherentes de hacer las cosas. Es cuestión de justicia social sobre todo cuando las opciones para la mejora global están presentes. Normalmente, nada vendrá a buscarte mientras esperas sentado (salvo golpes puntuales de suerte), los cambios se consiguen actuando, como casi todo en esta vida.

¡Vivimos llenos de incoherencias!
esclavos del consumismo y consumo irresponsable

Consumo equilibrado

 

Por un lado, nos engañan hasta tal punto que nos hacen creer que necesitamos cosas, muchas cosas, cuantas más mejor; acumulamos y acumulamos, buscando una felicidad que…muy probablemente, no se encuentre en los objetos. La sorpresa viene cuando nos seguimos sintiendo vací@s y llenos de ansiedades aun teniendo todos los artilugios y complementos de última generación habidos y por haber. A mi parecer, mientras sigamos buscando fuera lo que siempre estuvo dentro e impere en nuestra vida el «bientener» nunca se alcanzará el verdadero bienestar. Por tanto, el consumo responsable, focalizar en lo que de verdad importa y comenzar a mirar hacia dentro de un@ mism@, son las claves del futuro y de la satisfacción personal.

Consumo equilibrado

¡Vivimos llenos de incoherencias!
Por un lado, nos engañan hasta tal punto que nos hacen creer que necesitamos cosas, muchas cosas, cuantas más mejor, acumulamos y acumulamos, buscando una felicidad que, probablemente, no se encuentre en los objetos. La sorpresa viene cuando nos seguimos sintiendo vací@s y llenos de ansiedades aun teniendo todos los artilugios y complementos de última generación habidos y por haber. A mi parecer, mientras sigamos buscando fuera lo que siempre estuvo dentro e impere en nuestra vida el «bientener» nunca se alcanzará el verdadero bienestar. Por tanto, el consumo responsable, focalizar en lo que de verdad importa y comenzar a mirar hacia dentro de un@ mism@, son las claves del futuro y de la satisfacción personal.
esclavos del consumismo y consumo irresponsable

Consumo responsable de alimentos

Por otro lado, y continuando con las incongruencias (que son muchas), el desperdicio alimentario es una vergonzosa realidad, de la que tod@s formamos parte.

 

 

Aproximadamente 1/3 de todos los alimentos que se producen en el mundo, se pierden o se desperdician.

61%

A nivel general, en 2019, se generaron 931 millones de toneladas de desperdicio alimentario. El 61% en HOGARES, el 26% en servicios de alimentación y el 13% en comercio minorista (Food Waste Index Report, 2021. UNEP)

84%

En España, de lo desperdiciado en los hogares, el 84% está sin elaborar ni usar (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2018)

Por otro lado, y continuando con las incongruencias (que son muchas), el desperdicio alimentario es una vergonzosa realidad, de la que tod@s formamos parte.

 

Aproximadamente 1/3 de todos los alimentos que se producen en el mundo, se pierden o se desperdician.

61%

A nivel general, en 2019, se generaron 931 millones de toneladas de desperdicios alimentarios. El 61% a nivel de los hogares (570 millones de toneladas) (Food Waste Index Report, 2021. UNEP)

84%

En España, de lo que se desperdicia en los hogares, el 84% está sin elaborar ni usar (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2018)

Esto denota que el consumo responsable de alimentos brilla por su ausencia. Hacemos compras inconscientes y somos esclav@s del sobreconsumo.

No podemos mantener un sistema alimentario que agota desmesuradamente los recursos naturales y permite que algun@s desperdicien sin control mientras otr@s no pueden acceder a los alimentos. Tengamos en cuenta que se produce la cantidad suficiente para tod@s, el problema es de otra índole.

 

¡Necesitamos un cambio de paradigma ya!

Reaprovechar es importante, pero... ¿por qué es preferente reducir el sobreconsumo?

Pensar en reutilizar los excedentes y los residuos es básico, sobre todo en aquellas cosas que tenemos que consumir por fuerza. Sin embargo, reducir el consumo innecesario es prioritario ya que de esta forma se disminuye el desperdicio de alimentos y la contaminación que esto produce. Pero, ¿de que forma contaminan los alimentos desechados? La comida desperdiciada es destinada única y exclusivamente a contaminar, ya que emitirá CH4 y CO2 hasta su completa descomposición.

Si los alimentos que desecho no le van a llegar a nadie... ¿Qué hay de malo en tirarlos?

Cuando compro alimentos sin necesidad, sin planificación y me descuido, es muy probable que acaben en la basura. De esta forma se desprecia la mano de obra de l@s agricultor@s, el dinero y los recursos naturales empleados en producirlos y lo que es muy grave a nivel ético, se pasa por alto el hecho de que millones de personas padecen hambre cada día (entre ell@s, niños y niñas que podrían ser perfectamente nuestros hijos, hijas, nietos, nietas, etc.).

¿Influye nuestro comportamiento en la decisión del/a productor@?

Cuando compro en exceso, además de generar más residuos y seguramente desperdiciar el doble, l@s productores se ven obligados a producir más. Y la sobreexplotación de las tierras para satisfacer nuestras «necesidades», puede desproveer a otr@s de alimento, además de agotar recursos naturales.  Nuestro consumo tiene una repercusión enorme en las decisiones de l@s distint@s operador@s a lo largo de la cadena alimentaria. Y debido al transporte y procesado de esos alimentos, aumentamos la contaminación.

Consumo responsable del agua

 

¿Cuántas veces habremos oído: «cierra el grifo mientras te lavas los dientes o mientras te enjabonas en la ducha»?

Y es buena enseñanza aunque es solo la punta del iceberg de lo que verdaderamente podemos hacer para conseguir un consumo más responsable del agua.

 

No valoramos lo que la naturaleza nos da gratuitamente, lo que extraemos de ella sin que nos solicite nada a cambio. Sin duda, a día de hoy, estamos pagando el peaje y las consecuencias de un consumo irresponsable y descontrolado.

 

Según datos de Naciones Unidas «el ser humano está contaminando el agua más rápido de lo que la naturaleza puede reciclar y purificar en ríos y lagos».

Además, «el uso excesivo de agua contribuye a la escasez de agua mundial» y para más inri, «más de 1000 millones de personas aún no tienen acceso a agua potable».
transporte de agua niños Madagascar
De modo que, no solo es una cuestión de medio ambiente sino de derechos humanos. No debemos infravalorar algo tan valioso que otr@s, injustamente, no tienen.

 

Los mayores consumidores de agua son la ganadería y agricultura intensivas. Por ello, los modelos de producción intensivistas deben perder fuerza (no solo por su insostenibilidad en el tiempo sino también por la enorme crueldad animal que representan). Volvamos a un sistema alimentario tradicional, local y sostenible, donde lo que prime no sea el beneficio de unos pocos ni agotar las tierras, sino alimentar a tod@s.

Algunas empresas ya están empezando a disminuir su huella hídrica.

 

¿Y tú, cómo consideras tu consumo de agua?

 

Obtén el volumen aproximado con el siguiente recurso online para el cálculo de la huella hídrica.

 

Y a continuación, en Awava, algunos truquitos muy prácticos para ahorrar agua en casa.

Consumo responsable de energía

energía sostenible clave de humor
Actuamos como si la energía fuese infinita y  sabemos que los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) no van a durar eternamente. Por ello, la producción de energía a partir de las energías renovables ha ido cogiendo peso en los últimos tiempos.

 

Además de como se produce, la manera de consumir la energía es muy relevante. Existen ciertos hábitos de consumo responsable que, de ser realizados por tod@s, tendrían un gran impacto global. Según la ONU, «los hogares consumen el 29% de la energía mundial; si toda la población mundial pasara a utilizar bombillas de alto rendimiento energético, ahorraríamos 120.000 millones de dólares al año». Asimismo, «el 13% de la población mundial aún no tiene acceso a servicios modernos de electricidad».

Una de las metas de la ONU (Agenda 2030: ODS 7), es «garantizar acceso universal a servicios energéticos de aquí a 2030″.

¡El consumo racional y responsable es posible!

 

Llegados a este punto, espero que también os parezca inconcebible que ciertas situaciones se sigan dando en pleno siglo XXI.

 

Es casi inexplicable que nos comportemos de cierta forma, cuando parte de la población mundial padece hambre, no dispone de agua corriente, ni de electricidad y el planeta está claramente al límite.

 

Soy consciente de que este mensaje no cala en cualquiera, no todas las personas creen en los cambios a positivo o simplemente prefieren, y les compensa, seguir viviendo su realidad; sin embargo, hasta ell@s mism@s pueden contribuir a la transformación, simplemente no destruyendo más (es decir… no hagas, pero no deshagas) y respetando a l@s que deciden moverse y luchar por los cambios. Y es que, no podemos ignorar, que nosotr@s disfrutamos hoy de los cambios a positivo que otr@s hicieron en el pasado.

manzano en crecimiento y transformación positiva

¡El consumo racional y responsable es posible!

 

Llegados a este punto, espero que también os parezca inconcebible que ciertas situaciones se sigan dando en pleno siglo XXI.

 

Para mi es casi inexplicable que nos podamos comportar de cierta forma, cuando parte de la población mundial padece hambre, no dispone de agua corriente, ni de electricidad y el planeta está claramente al límite.

 

Soy consciente de que este mensaje no cala en cualquiera, no todas las personas creen en los cambios a positivo o simplemente prefieren, y les compensa, seguir viviendo su realidad; sin embargo, hasta ell@s mism@s pueden contribuir a la transformación, simplemente no destruyendo más (es decir… no hagas, pero no deshagas) y respetando a l@s que deciden moverse y luchar por los cambios. Y es que, no podemos ignorar, que nosotr@s disfrutamos hoy de los cambios a positivo que otr@ hicieron en el pasado.

manzano en crecimiento y transformación positiva
¡Tod@s tenemos una responsabilidad social que no debemos olvidar!

Pero…¿por dónde empiezo?

 

En Nutrición y Hambre Cero se aportarán consejos para fomentar una vida más sostenible y coherente.

 

Espero que much@s de vosotr@s, acabéis subiendo al carro, si no lo habéis hecho aún ¡Y no me enrollo más!

 

Yo sí creo en un mundo más justo e igualitario, en el que nadie padezca hambre y practiquemos un consumo responsable y consciente; seguramente no lo veré, pero las mejores cosechas proceden siempre de una buena siembra.

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