19 Ago ▷¿Por qué ser cooperante y/o voluntario/a internacional es todo un dilema? 7 puntos clave
Efectivamente, ser cooperante y/o voluntario/a internacional en ocasiones se torna toda una encrucijada…a continuación, te explico por qué. Si te gusta viajar, este artículo también te interesa. Quédate a leer, ¡serán 10 minutitos!
Contenidos
- 1 ¿Qué te lleva a querer ser cooperante o voluntario/a internacional?
- 2 ¿Qué es ser cooperante?, ¿qué es ser voluntario/a internacional? y, ¿qué es cooperación para el desarrollo?
- 3 ¿Qué NO es ser cooperante o voluntario/a internacional?
- 4 Miedos y dudas referidos por futur@s cooperantes y voluntarios/as internacionales ante la idea de comenzar
- 5 Sentimientos experimentados por futur@s cooperantes y voluntarios/as ante su primera experiencia en terreno
- 6 Algunas recomendaciones importantes antes de lanzarse a la aventura de ser cooperante o voluntario/a internacional
- 7 Quiero ser cooperante o voluntario/a internacional, pero sigo envuelt@ en un mar de dudas…
¿Qué te lleva a querer ser cooperante o voluntario/a internacional?
¡Eso me pregunto yo! Porque para que engañarte…en terreno NADA está garantizado salvo la incertidumbre.
Ahora en serio, mucha gente se lo plantea cuando ve a familiares, amig@s, conocid@s, etc. emprendiendo este rumbo…Lo cierto es que para saberlo habría que hablar con cada un@ de ell@s. La respuesta puede ser muy variada e individual. Sin embargo, creo que existen ciertos elementos comunes:
– Una necesidad de mejorar el mundo.
– Voluntad y ganas de colaborar donde haga falta.
– Un “algo” inherente en la personalidad, un matiz de inconformismo y de defensa ante las injusticias.
A veces es una verdadera vocación, algo que viene desde la infancia o la adolescencia. Otras, el sentimiento aparece mucho después, no siendo por ello menos válido o importante. Quizás surge a causa de alguna experiencia transformadora de la vida, por experiencias de un familiar, de un amigo, de una amiga de un amigo, por una noticia, por una charla o conferencia inspiradora o simplemente porque la situación o el trabajo actual no satisface y eventualmente las personas se plantean ir más allá, hacer algo con más profundidad y propósito.
Para bien o para mal, una vez que “entra el gusanillo” aparecen las primeras inquietudes. Y surgen los: “lo tengo claro, pero ¿cómo lo hago?”, “y ahora, ¿por dónde empiezo?”, “¿pensarán en casa que me he vuelto loc@?”. Pero una vez que la decisión se ha tomado, el sentimiento interior es claro: “quiero contribuir a que el mundo sea un poquito mejor o al menos a no destruirlo más”.
Llevándolo al campo de l@s dietistas-nutricionistas, y habiendo mantenido conversaciones con algun@s de ell@s sobre el tema, me confiesan su frustración cuando son vist@s solamente como máquinas de hacer dietas. También su desilusión tras recibir muy poca información sobre cooperación en las universidades. Me comentan que la desnutrición se menciona rápido y de pasadilla (algo que ya sucedía hace 15 años…).
¿Qué es ser cooperante?, ¿qué es ser voluntario/a internacional? y, ¿qué es cooperación para el desarrollo?
–> Un/a cooperante es un/a profesional que se desplaza a otro país, donde se atraviesan dificultades o periodos de carencia, para realizar funciones concretas de índole humanitaria y/o contribuir al desarrollo sostenible. El/la cooperante es un/a trabajador/a con contrato laboral.
–> Un/a voluntario/a internacional es una persona, que, de manera altruista, y sin remuneración económica, se desplaza para realizar una actividad por voluntad propia colaborando con alguna causa o proyecto.
–> La cooperación para el desarrollo es la relación que se establece entre países para contribuir a la mejora y a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Encontrarás información más detallada clicando en el siguiente espacio de Nutrición y Hambre Cero.
En muchas ocasiones, el/la cooperante pasa primero por el voluntariado internacional (aunque no siempre es así). Un/a voluntario/a también puede desempeñar una función profesional concreta y ser superútil en el seno de una organización. La diferencia radicará en la relación laboral que se establece, en el hecho de ser remunerado o no y en otros factores. Existen distintos tipos de voluntariado, pero lo fundamental es realizarlo con base en una necesidad, no con base en nuestras apetencias.
A día de hoy, no existe una formación reglada para ser “Cooperante Internacional”. La persona que quiere encaminarse hacia esa senda, tiene que ir adquiriendo formaciones y experiencias. En cierto modo, es una buena noticia, pues quiere decir que pueden entrar en el ámbito personas con formaciones muy variopintas (economistas, médic@s, dietistas-nutricionistas, arquitect@s, ingenier@s, conductor@s, politólog@s, traductor@s, profesionales de relaciones internacionales, entre otras). Aunque será fundamental que exista motivación y una serie de competencias específicas como los idiomas, la autonomía, la capacidad de trabajar en equipo, etc.
¿Qué NO es ser cooperante o voluntario/a internacional?
A veces, con la mejor disposición del mundo, queremos hacer un voluntariado internacional para ayudar. Sin embargo, primero debemos plantearnos por qué queremos hacerlo y si verdaderamente hacemos falta donde queremos ir. Porque lamento decir que, NO, efectivamente no siempre hacemos falta en un sitio. Podemos incluso llegar a entorpecer…
Cooperar o hacer un voluntariado internacional no debe tener por objetivo sentirse mejor persona sino desempeñar una función en un lugar y tiempo determinados, satisfacer una necesidad específica bien por nuestros conocimientos, por nuestra disponibilidad o por otras cuestiones. Diferente será que, como efecto colateral, nos sintamos útiles y recompensados por hacer bien nuestro trabajo. Pero no perdamos de vista que lo principal es hacer justicia y erradicar situaciones de desigualdad que nunca deberían haber existido.
Tanto cooperantes como voluntarios/as requieren una preparación y separarse mentalmente de su propia cultura. ¿Y qué quiere decir esto? En ocasiones y sin mala intención, interpretamos y valoramos lo que vemos en otra cultura con nuestras propias gafas de ver, es decir, juzgamos bajo nuestros propios paradigmas e intentamos imponer nuestro criterio. Sin ser conscientes, pensamos que nuestra cultura es superior a otras y que solo nosotr@s sabemos hacer las cosas bien. Esto se denomina etnocentrismo. Y si, señor@s, somos un poco etnocentristas.
Es importante saber que algunos de nuestros actos bienintencionados pueden perjudicar enormemente. Aunque estamos hablando de voluntariado internacional y cooperación, remarcaremos que, incluso cuando solo se trate de viajar, debe existir un inmenso respeto hacia otras culturas. No podemos convertir nuestra visita a otro país en un auténtico circo.
Por ejemplo, es frecuente encontrar viajeros/as o voluntarios/as cargados/as de “regalos” como si fuesen el mismísimo papa Noel para ir repartiendo bolis, caramelos, medicamentos… (si, también he visto repartir medicamentos…🤦). Terminarán su viaje pensando que han hecho algo positivo, que han mejorado la vida de otr@s, pero lejos de eso, habrán contribuido al mantenimiento de situaciones sombrías.
Un ejemplo claro de esto:
–> Algunas familias, fruto de su situación precaria y acostumbradas al hecho de que el/la turista regala objetos y da dinero, prefieren enviar diariamente a sus niñ@s a hacer el “show” en lugar de enviarles a la escuela, puesto que obtendrán un mayor beneficio del primer acto. Sin saberlo estaremos favoreciendo que numerosos/as niños y niñas no vayan a la escuela y determinando su futuro y el de su país. Pero ahora ya lo sabes. Viaja, conoce, descubre, pero no fomentes un circo del que te olvidarás en 3 días.
Ante las ganas de colaborar, es preferible donar esos materiales a organizaciones u ONGs de la zona o contribuir económicamente con ellas, ya que dichas entidades examinan junto a la población (idealmente…) las necesidades existentes y por tanto los proyectos se encaminan a mejorar el estado de toda la comunidad /región. Con los materiales también harán un reparto justo y conveniente entre l@s participantes de los proyectos. La finalidad es que las personas adquieran herramientas que les permitan desenvolverse por sí mismas, haciendo uso de sus propias capacidades. Repartir individualmente no solo no mejora nada a nivel global, sino que generará dependencias y paternalismos, algo que queremos erradicar desde hace rato. Como reza el refrán, eso es “pan para hoy y hambre para mañana”.
Otra muestra de la falta de respeto y superioridad que algunas personas sienten hacia otras culturas (y hacia la mujer) es el turismo sexual. El hecho de que haya personas (por llamarlas de alguna manera) haciendo uso de ello, fomenta el que familias enormemente desesperadas envíen a sus hijas a la calle para ejercer la prostitución (hablamos de niñas que ni siquiera sobrepasan los 12 años…). El usuario busca satisfacer un placer momentáneo y deshonesto, que dejará secuelas y consecuencias que él nunca sufrirá y que, por cierto, también olvidará en 3 días.
Otro tema estrella es el de las fotos. ¿Qué pensaríais si de repente una persona por la calle comienza a dar caramelos y chocolates y fotografiar a vuestros hij@s, sobrin@s, herman@s pequeñ@s, niet@s…sin previo aviso? O incluso comienza a hacerse selfies con ell@s…Pues oye, no quiero ni imaginar la reacción de más de un@…
Entonces… ¿qué nos hace pensar que podemos montar un circo fotográfico en otros lugares y con otras personas? Piénsalo.
Es diferente cuando se trata de fotógraf@s que, con permiso y educación, plasman imágenes de personas y paisajes en otros contextos o en el suyo propio o cuando nosotr@s mismos, bajo el respeto, las realizamos de manera oportuna y con consentimiento.
Y ojo, seguramente tod@s hemos pasado por esa emoción de llegar a un sitio diferente y querer fotografiarlo TODO. Yo misma, bajo la ingenuidad y el desconocimiento…Por suerte, de todo se aprende.
Otra tendencia actual es utilizar en las aplicaciones de ligue fotos con niños y niñas africanos, asiáticos, sudamericanos…que viven en condiciones de pobreza. ¿De verdad se necesita exponer a un/a niñ@ como reclamo para embelesar a alguien…? Oiga, estamos perdiendo el norte…
Si la mayor motivación de nuestros viajes y experiencias es poner 4 selfies en Instagram con menores o viviendo situaciones rocambolescas, que no fotografiaríamos en nuestro entorno, quizás tengamos que plantearnos algunas cosas.
Se puede viajar, colaborar y trabajar de manera respetuosa y sostenible, sin obstaculizar, perjudicar ni aprovecharse de otros contextos.
Muchas organizaciones no gubernamentales disponen de un código ético en el que se abordan estas cuestiones. Tal es el caso de la Fundación Agua de Coco. Para poder ser voluntario/a (nacional o internacional) deben respetarse los criterios especificados en dicho código.
Miedos y dudas referidos por futur@s cooperantes y voluntarios/as internacionales ante la idea de comenzar
Muchas son las dudas y los miedos del/a futuro/a cooperante y/o voluntario/a internacional. Las inquietudes más recurrentes, procedentes de mi experiencia personal pero también de conversaciones mantenidas con otras personas, son:
- ¿Qué es realmente ser cooperante, cómo se empieza y cómo me formo?
- ¿Qué organismos se dedican a la nutrición en cooperación? ¿Dónde puedo encontrar información confiable?
- Piden mucha experiencia, ¿cómo empiezo a desarrollarla?, ¿cómo me inicio en este mundo laboral?
- ¿Un/a dietista-nutricionista (u otr@ sanitari@) puede ser cooperante o voluntario/a internacional? ¿Qué puesto de trabajo podría desempeñar? ¿Qué formación debería tener? ¿Existen actualmente más dietistas-nutricionistas que se dediquen a ello?
- Como profesión, ¿me dará estabilidad económica y familiar en un futuro?
Asimismo, los miedos más mencionados son:
- ¿Cómo se lo diré a mis padres?
- ¿Sabré adaptarme a un contexto tan diferente?
- ¿Estaré a la altura de las circunstancias?
- ¿Seré capaz de lidiar con situaciones de necesidad y carencia?
- ¿Será de utilidad lo que haga?
Algunas de estas dudas y miedos se logran resolver dialogando con otr@s profesionales afines a la materia, con personas que trabajan en ONGs u otras entidades relacionadas, con profesor@s especializados en el ámbito, leyendo libros, asistiendo a conferencias, buscando en internet (aunque hoy en día sea la jungla…).
Me gustaría compilar en futuras entradas del blog Nutrición y Hambre Cero información seria y de confianza para que quede reunida en un mismo sitio facilitando así tus búsquedas.
La experiencia se desarrolla andando, por tanto, antes de entrar en este mundo laboral es recomendable tantear el terreno (nunca mejor dicho…) como voluntario/a o realizando unas prácticas. Así sabrás si esto es lo tuyo o no. Puede que esa primera experiencia te muestre el camino, aunque eso es relativo, no todo el control lo tendrás tú, a veces el barco toma rumbos inesperados, lo que también tiene su gracia. Durante ese caminar, es fundamental estar abiert@ y seguir aprendiendo. Ser todo lo inquiet@ que se pueda. No todo es cuestión de experiencia o de formación, también de actitud, de estar en el momento preciso, en el lugar exacto y con las personas correctas y sobre todo de dejarse llevar, como dice la canción…
Por supuestísimo, un/a dietista-nutricionista (y cualquier otr@ sanitari@) puede ser cooperante o voluntario/a internacional. Si lo piensas, ¿quién mejor que un/a dietista-nutricionista, bien formado al respeto, para poder tomar medidas antropométricas, diagnosticar y tratar la desnutrición?
Aunque poco puedo decir al respecto, puedo intuir que la estabilidad familiar y vital no son rasgos característicos en esta profesión, pero seguro que en los comentarios algún/a compañer@ nos podrá iluminar con su experiencia.
El miedo a declarar abiertamente a la familia, sobre todo a padres y madres, nuestra pequeña locurita (y que tanto sentido tiene en nuestra cabeza), es algo común. A no ser que nuestros propios familiares ya sean voluntarios/as y cooperantes. En ese caso poco pueden lamentarse pues, muy a su pesar, ell@s han plantado esa semillita.
Es de lo más normal plantearse si la adaptación será fácil o si estaremos a la altura sobre todo cuando de derechos humanos se trata…hay mucho en juego y no podemos permitirnos fallar.
Pero déjame decirte que, aunque todos estos miedos y dudas ante la idea de cooperar son naturales, la mayoría de ellos se acaban disipando.
Sentimientos experimentados por futur@s cooperantes y voluntarios/as ante su primera experiencia en terreno
Ante esa primera experiencia en terreno, aparecen tanto emociones positivas como negativas, pero creo que ya intuías que no era un camino de rosas…
Como sentimientos positivos, resaltan la emoción, la ilusión, la motivación y el entusiasmo ante la idea de descubrir otra cultura y sus singularidades, la curiosidad y la expectación ante lo desconocido, la sensación de sentirse útil, de aportar a un proyecto meditado, de índole humanitario o que fomenta el desarrollo común, la aventura de salir de tu zona de confort y desmontar connotaciones negativas ante ciertos entornos, la necesidad de promover los derechos humanos allí donde están siendo vulnerados, etc.
Como sentimientos negativos destacan la incertidumbre, la duda, la inseguridad, la ansiedad, el miedo a no desempeñar bien el trabajo, a no ser comprendid@ por familiares, amig@s y conocid@s, a no participar en proyectos sostenibles y duraderos en el tiempo, a tener que enfrentarse a enfermedades, desastres naturales, conflictos, inestabilidad política, al cansancio, a los posibles desplazamientos continuos, a dejar a la familia y a l@s amig@s durante demasiado tiempo, a perder relaciones, a no contar con la formación suficiente, a no saber actuar de manera oportuna ante las mil situaciones que se pueden presentar, etc.
Da mucho respeto, esa es la verdad, pero los sentimientos positivos suelen ganar a los negativos. El problema es que existen demasiados prejuicios en torno a ciertos escenarios, lo que nos lleva a juzgar de más y a sobreestimar los miedos. Por ejemplo, pensar que cualquier país de África es conflicto, terrorismo, penuria y enfermedad, es como pensar que España es solo flamenco, corridas, barullo y paella.
Algunas recomendaciones importantes antes de lanzarse a la aventura de ser cooperante o voluntario/a internacional
“Allá donde fueres haz lo que vieres”. Esa debería ser la dinámica.
Infórmate del contexto al que vas, conoce su historia, su religión, su política, su lengua, su gastronomía, sus tabús, su música, sus costumbres…Aproxímate a la población local, de manera amable, y averigua aquello que resulta de mal gusto, para no decirlo o hacerlo.
Ocasionalmente, tenemos la fea costumbre de querer cambiar todo lo que no se parece a lo nuestro. Pero a veces nos falta información para comprender porque algo es de cierta manera. Puede que las cosas tengan sentido tal y como son, aunque tú no se lo encuentres, o no…pero eso no se descubre en 3 días ni en 3 meses. Seamos prudentes, nuestra presencia puede ser útil y oportuna como parte de un proyecto, pero no somos ni seremos salvador@s del mundo ni de nadie.
Es importante adaptarse a los hábitos en la medida de lo posible, escuchar atentamente y observar con verdadero interés y respeto. Dialogar, nunca tratar de imponer nuestro criterio, aunque te halles convencido de tener la razón. A veces, nada es lo que parece si no sabemos su trasfondo…
Todo esto que resulta de Perogrullo es necesario decirlo y repetirlo, porque estando en entornos diferentes a los nuestros hacemos muchas “gilipolleces” sin mala intención, lo que no nos exime de culpas. No se trata de ti y de lo que tú necesitas, sino de obrar con base en las necesidades reales.
Sobre todo, no te olvides de lo afortunad@s que somos. El hecho de desplazarte por gusto y no por obligación, sea con el objetivo de viajar, de colaborar u otro, indica un gran poder de decisión por tu parte. Algo que otras muchas personas no pueden ni plantearse. La suerte de haber nacido en un lado del mundo y la libertad son 2 regalos a menudo infravalorados (con independencia de lo precaria que pueda ser tu economía…y te lo dice una mileurista).
Quiero ser cooperante o voluntario/a internacional, pero sigo envuelt@ en un mar de dudas…
¡No me extraña! Puede que estés pensando: “¡Que jaleo! Sigo sin saber lo que tengo que estudiar para entrar en cooperación…”
Don’t worry! Soy consciente de la poca información existente (y de lo desperdigada que se encuentra). En realidad, a nivel universitario nos cuentan muy poco sobre cooperación internacional y es una salida profesional como tantas otras. ¡Hay que darle su lugar!
Me gustaría concentrar en un solo artículo cuales son las posibilidades de formación de manera específica, para l@s sanitari@s que quieran encaminar su carrera profesional en esta dirección, dietistas-nutricionistas, pero también médic@s, enfermer@s, farmaceútic@s, biolog@s, dentistas, fisioterapeutas, etc. Próximamente…
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Y si eres futur@ cooperante y/o voluntario internacional, cuéntanos, ¿qué te impulsa a encaminarte hacia este ámbito? ¿Cuáles son tus miedos e inquietudes?
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¡Muchísimas gracias!
Si deseas citar este artículo en tus trabajos académicos:
Martín-Rubio L. ¿Por qué ser cooperante y/o voluntario internacional es todo un dilema? 7 puntos clave [Internet]. Nutrición y Hambre Cero; 2022 [consultado día/mes/año]. Disponible en: https://nutricionyhambrecero.com/ser-cooperante-voluntario-internacional/
Docente, Especialista en Salud Internacional, Cooperación y Comunicación en Salud, Dietista-Nutricionista y Consultora/Auditora de Calidad Alimentaria.
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